Miguel Mayoral Guiu es historiador, pertenece al RC de Béjar, Distrito 2210, norte de España y casi semanalmente envía a un grupo de amigos, artículos muy interesantes de su autoría. En esta clase hemos tratado de unir dos claros pensamientos: "Evitar los rumores" y "Olvidar los agravios". Muchas veces se logra saber donde está la usina del rumor, entonces es necesario olvidar los agravios. Pero veamos que nos dice Miguel:
"Evitar los rumores es muy difícil pero es la tarea primordial de todo líder o persona que tiene gente a su cargo. Es una tarea que debe realizarse cada día, no de vez en cuando o en un momento de urgencia.
Para evitar los rumores hay que actuar de la siguiente forma:
1. Conocer bien a la gente nos permite encontrar las formas de comunicación adecuadas para conectarse con ellos y nos permite también descubrir las potencialidades de cada persona a la hora de extender rumores, es decir aquellos que desencadenan un perjuicio para las relaciones humanas.
2. Conocer las relaciones interpersonales posibilita identificar los grandes catalizadores de relaciones, quiénes son las pocas personas con un comportamiento social muy por encima de la media y que, por tanto, pueden ser inductores de una buena comunicación. o de una buena rumorología.
3. Conocer los canales de comunicación existentes y ver que nadie se quede al margen. Hay que conocerlos además para adelantarse a los rumores antes de que se propaguen.
4. Ser transparentes, pues lo que no se dice se suple por la fantasía y alimenta los rumores. No explicar las cosas es el caldo de cultivo preferido de los rumores.
5. Ser claros, pues la falta de claridad alimenta los rumores hasta el final.
6. Ser rápidos, ya que con cadenas de relaciones estables y fuertes, la velocidad de circulación de la información es enorme.
7. Tener valor para no olvidar las buenas noticias, hay que difundirlas inmediatamente, son una buena fuente de celebración conjunta y sirven para parar muchos rumores.
8. Ser íntegros, ya que la falta de integridad y las críticas son una de las principales fuentes de rumores gratuitos en las organizaciones, y las responsables de los peores fracasos.
Conclusiones:
a.. En definitiva para evitar los rumores hay que ser muy rápido, ofreciendo información clara y suficiente. Es decir, contrarrestarlos con información más potente que rompa las cadenas de transmisión.
b.. Actuar con información cierta, aportándola a aquellas personas que, por sus relaciones, puedan parar determinado rumor.
c.. Luchar contra las personas que son reservorios de rumores con sus críticas, su especulación sobre las decisiones tomadas, sus malas interpretaciones, etc. Analizando cuales son sus motivos entenderemos el porqué de sus modos de actuar.
d.. No participar en la transmisión de noticias no contrastadas, y saber que el hecho de hacer circular sólo información veraz contribuirá positivamente al funcionamiento del grupo. Sólo así se pueden controlar.
Finalmente la necesidad y la convivencia obligan a dulcificar las formas y ayudan a olvidar los agravios.
- El célebre escritor francés Anatole France contó una graciosa anécdota que le ocurrió en Niza, donde se estaba reponiendo de una afección asmática, alojado en uno de los mejores hoteles. Tenía una especial debilidad por los cigarrillos de eucalipto, que apreciaba como calmantes de su dolencia. Un día se presentó en su habitación el propietario de la residencia hotelera, y le dijo: " Es para mi un honor albergar a un escritor tan ilustre por lo que haré todo lo posible para hacerle agradable su estancia; pero desgraciadamente hace unos días que se percibe un cierto mal olor, del cual no puedo llegar a descubrir el origen. He logrado que se fueran los americanos de la habitación de arriba y los ingleses de la contigua a ésta, pero el olor persiste".
- Mientras exponía estas razones, oliendo a su alrededor, exclamó: "¡Pero... sí es aquí donde más huele!".
- Anatole France observó: "Debe ser el olor de los cigarrillos que fumo".
- ¡Ah!..., ¡Es esto! - observó el azorado hotelero -, pero es un perfume delicioso, delicioso... Y desapareció.
Rectificar los propios errores es un gran bien, y se adquiere con experiencia. Lo comprobamos en la vida diaria. Realmente siempre se está a tiempo de perdonar, de olvidar y de lograr una reconciliació n entre las personas que deben convivir, y que en el fondo se quieren, desean recomponer su amistad y compartir los mismos intereses.
Rasgar las listas de agravios, además de resultar pragmático, procurar el bienestar, la concordia y potenciar el diálogo, sin perder la dignidad, es propio de hombres de talla. Es la actitud de personas capaces de emprender grandes proyectos para afianzar el progreso de los pueblos".
Miguel Mayoral Guiu
mimagui@telefonica. net
Asistente-Delegado Gobernador Distrito 2210-Zona 4, Imagen Pública Distrito 2210, Relaciones Públicas del Distrito 2210, Comité Técnico de la Revista España Rotaria Distrito 2210.
RC Béjar D.2210
Villamayor de A., Salamanca